lunes, 9 de septiembre de 2013

Preguntas si aun podemos ser amigos? (Cuento)

Hola, cariño:

Es grandioso que te gusten las redes sociales y el chat de facebook, pero, lo siento, soy una persona chapada a la antigua y esta es la única vez que gastaré tinta en ti, es extraño que las circunstancias nos hayan llevado hasta esto, tú con tus pinceles y yo con mi pluma.
Pinceles, ya no puedo verlos sin recordarte día tras día, sí, ha pasado un tiempo, lo sé, pero tus palabras se han clavado tanto en mí que aun mi mente me juegue malas pasadas confundiendo tu nombre con el de mis amigos, qué extraña es nuestra mente.
Jamás pensé que un email nos uniría como lo hizo, que en tres meses hiciste el daño más grande que cualquier otra persona y, de en vez de odiarte, estoy aquí, pensando en ti, escuchando la canción que te dedicaría, recorriendo los lugares a los cuales te llevarías sólo con el placer de estar tú y yo en esta selva de gente extraña.
Aun no puedo comprender cómo pretendías que mantuviese una amistad contigo si jamás me hablaste de ese sentimiento oculto que tenías hacia tu mejor amigo, me hiciste una promesa y mírame, solo soy una promesa más en tu vida... Una promesa que hizo que bajara mis defensas, que hiciera que te amara tan rápida pero idiota yo al pensar que a tú me amarías...
Una vez te pregunté si te dabas cuenta de lo cruel que eres y tú respondiste que no te dabas cuenta ¿Cuenta? Sabías que si llorabas yo no podría odiarte, pretendías que te saludara como a cualquier persona cuando lo único que deseaba era besarte, acariciarte, hacer todo aquello que hacíamos cuando me repetías "Eres genial" "Te amo"...
Te amo, que frase más falsa salida de tus labios, de esos labios que lo pronunciaron con fervor al igual que el "Lo Siento", al igual que el "Siento Pena por ti", ¿Por mí? No quería tu pena,no quería esas cosas de ti, quería y aun quiero que te dañen tanto como me dañaste a mí, pero parece que ese daño ya está hecho, al enamorarte de alguien que jamás dejará nada por ti, que jamás serás más que una amiga a la cual no quiere perder porque "ama", a la cual le dijo "Te amo" sólo porque te vio sonreír a mi lado. Un chico que parece un bebé que se da cuenta de lo que quiere cuando se lo quitan...
Supongo que alguien más sanará mi corazón, y si no es así, pues me sanaré sola, si no es así...saldré adelante desconfiando como un perro de las personas que traten de darle cariño. Ya era un perro callejero cuando te conocí, la única diferencia es que aprendí a temerle a las personas que quieran darme cariño y amor... Supongo que así está mejor.
Es extraño que esta carta llegue  tus manos con todas las palabras que deseaba decirte en aquel momento, que aquí esté gran parte del discurso que pensaba hacer antes de verte llorar... Llorar, qué debil corazón el mío, siempre supe que tú eras más mujer que yo, sólo una mujer que sabe usar sus armas de esa forma daña a las personas que la quieren como tú lo hiciste conmigo.

Atte.
Seiji, un perro sin dueño.

Pd: Lo único que saco de esta historia, es que me di cuenta de que soy una chica que le gustan las chicas.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Historias que nunca terminé

Es extraño como las ideas inundan mi mente y nunca termino de escribir...
Tengo miles de historias pero jamás las he comenzado ni terminado, parece una extraña metáfora de mi vida, una vida llena de comienzos sin términos.
Desde pequeña he ido de aquí para allá buscando, ¿buscando qué? no lo sé, no lo sé porque nada me llena, nada me hace sentir bien, nada me hace sentir... Cuando creo que estoy a punto, algo pasa y yo me aparto de ese camino y la historia queda inconclusa.

Tanto dolor, tantos "te amo" repartidos por el mundo han hecho que ya no quiera nada con el resto del público de este extraño y sarcástico show de tv... sí, porque la vida es un mal programa de TV. 

Mi vida y mis historias inconclusas se basan en hechos reales de personas que, al entrar en mi pequeña cueva, huyen, huyen porque temen a lo que hay bajo el vidrio de seguridad, le temen al solo hecho de querer saber. No soy un monstruo, soy solo alguien que desea ser querido, es mucho acaso? Sin críticas, solo cariño y comprensión de un alma callada que se ríe porque la sociedad así lo espera y porque las pocas personas que se quedan cerca así lo desean. 

Es tan extraño todo... es tan extraño que una persona pueda romper tan facilmente a alguien y luego pedir disculpas... Yo no quiero las disculpas de aquellos que huyen, yo quiero su compañía, yo quiero cambiar al mundo, yo quiero ser feliz, yo quiero cambiar MI MUNDO... solo eso.

¿Llorar? hace miles que no es una opción y solo me queda acostarme en mi cama escuchando música y mirando al infinito sin escuchar, sin mirar, sin sentir ni pizca del huracán de cosas que hay en mi interior

Al final, soy yo la que huye de sí misma, la que detesta su cueva,la que detesta el vidrio de seguridad, la que se detesta a sí misma.



lunes, 11 de junio de 2012

Capítulo 1 
Segmento 5

   Entraron al café y por supuesto, Horacio ya no llevaba su rifle de francotirador.
Amanda se mostró un poco molesta por tener que pagar la cuenta, después de todo, su amigo no comía como Top Model precisamente.

   Buscaron en el salón el lugar predilecto para ellos: cerca de la puerta pero alejados de las ventanas. La camarera los saludó cordialmente a Amanda y le guiñó el ojo a Horacio, les llevó tazas limpias y cubiertos para la comida.
-¿Lo de siempre? -Preguntó con tono simpático pero coqueto al mirarlo a él.
-Yo sólo quiero una cerveza y unos panecillos, por favor. Espero que sepas cual es la cerveza que me gusta.- Pidió la pelirroja dejando de lado las tazas.
-Pues... Yo quiero una orden del sándwich que me gusta, papas fritas con un poco de pollo asado, una cerveza y un helado, pero el helado dámelo ahora por favor. -Le sonrió sensualmente-
-Lo traigo todo de inmediato. -Le tocó el hombro a Horacio con su mano de forma significativa.
   Amanda miró la escena sin decir nada, sólo observó sin que su amigo se diera cuenta. Suspiró.
-Por lo menos esta vez no hiciste una orden tan grande. -Gruñó.
-Antes de ir al tejado me junté con un amigo para ir a un tenedor libre en uno de esos restaurantes baratos cerca de aquí. -Dijo sonriente.- Y, a todo esto, ¿Cómo te fue?
-Bastante fácil fue esto. Bueno, nunca me quejo y lo sabes. Tengo lo que quería. -Sacó de un bolso un huevo de Fabergé, estaba decorado con algunos diamantes y otras piedras preciosas.
-No sabía que te gustaran los brillantes, realmente ustedes como mellizas se parecen mucho. -Horacio sonrió maliciosamente.
-No me importa el brillo, quiero lo que está dentro. -Lo tomó con una mano y lo azotó contra la dura mesa. Todos la miraron entre espantados y creyéndola loca siguieron con lo que estaban haciendo. Amanda recogió un grueso documento del suelo pues estaba dentro del huevo y cayó cuando este se rompió.- Esto es lo interesante.- le entregó los papeles a su amigo.
    Horacio lo tomó incrédulo.
-¿Para eso robaste y quebraste un objeto avaluado en millones de dólares? -Le dijo sacudiendo los papeles.
-Esto es lo interesante, cualquiera hubiese robado esto por el valor que tiene pues nadie lo quebraría, se creería que está vacío pero, ¿Quién guardaría algo en esto? Debe ser valioso. Haz funcionar esas neuronas.- Sonrió de una manera extraña pero que Horacio entendió muchas cosas.
   entendió que su amiga era increíble como mujer y muy inteligente. Eran amigos desde hacía tiempo, no, eran absolutamente más que eso, era su compañera. Justo cuando había pensado que ya la conocía completamente apararecía Amanda con algo que lo desconcertaba absolutamente.
   Ese mismo huevo era el ejemplo perfecto de lo que hablaba. Lo pudo haber vendido a un muy alto precio pues él ya tenía un buen comprador, pero simplemente ella decidió quebrarlo, lo hizo sin siquiera titubear ya que le dio más importancia al documento que parecía valioso antes que el dinero que tanto deseaba para comprar algo que ella quería.
   Amanda, según él, era más inteligente de lo que aparentaba y a la vez muy ingenua para la edad que tenía.

jueves, 5 de abril de 2012

Ladrón X Ladrón

Capítulo 1
Segmento 4


-Érica, no te molestes, ella es una ladrona profesional de esas a la antigua, no me va a disparar y si lo hace es mejor que esté muerto.
-Amor, no digas esas cosas. Recuerda hay alguien que te quiere conocer. -Dijo tocándose en vientre que aun no tenía abultamiento.
-¿Estás... estás embarazada? -Preguntó interesada.
-Sí -Dijo Horacio abriendo un cajón del valor que estaba a un lado de la cama-, pero no creo que pueda verlo jamás.
-No te voy a matar, aunque no siguiera la ley de los ladrones... no puedo dejar a un niño sin padre. -Amanda guardó el revolver en la funda de su cadera.
-Ja, si no lo hacesotra cosa de seguro lo hará. -Sacó un estuche de lentes de contacto y quitándose las gafas se quitó las delicadas películas de silicona color pardo, los dejó encima del mueble para a continuación, sacar un largo frasco de acetona y un pedazo de tela para quitarse la capa de pintura rasa natural de las uñas de sus manos.
Levantó sus manos mostrandole a Érica su nuevo aspecto, quien sorprendida se llevó uno de sus manos al pecho con tristeza en los ojos al comprender lo que significaba.
-¿Crees que me gusta pintarme las uñas? Érica estoy enfermo, mis células mueren y yo con ellas. No sé cómo ni cuándo sucedió pero es una enfermedad que ni los doctores saben curar... Es mejor que esta mujer me mate por que las pastillas algún día dejarán de funcionar.

Las lágrimas corrieron por el rostro de la muchacha ¿Cómo pudo ser tan ciega? Siempre lo imaginó inmortal, para ella era el hombre que la vería morir cuando anciana ¡Ni siquiera en sus peores pesadillas él era frágil! ¡No era un ser humano! Movía su cabeza negativamente ¡No quería creerlo!
-No... ¡No es cierto! -Cerró sus ojos mientras movía su cabeza. Miró al fin a las sábanas, los ruegos de su novio tan lejanos le parecían ahora. Se concentró en una pelusa quecaía cuando se fijó en los jeans ajustados de Amanda.
Se levantó desnuda de la cama y se dirijió a ella.
-Amanda ¿Ese es tu nombre?
-sí -Dijo tratando de no mirar sus pechos ni ningún lugar de aquel delgado y bronceado cuerpo.
-Eres una ladrona y debes tener dinero... ¡Ayúdalo! Por favor... Haré lo que sea necesario por tí... pero ayúdalo. -Le rogó.
-¡Érica, no! No puedes hacer tratos con el diablo -le dijo el hombre.
-Horacio, tú eres el hijo de la mafia, tú eres más diablo que ella. -Le miró con su cara surcada de lágrimas secas pero la mirada vacía.
-¡Esto parece libro de ficción! -Sonrió para sí.- Yo ayudaré a un moribundo heredero de la mafia que tanto problemas me ha causado.
-No te necesito, no necesito tu ayuda. -La miró furioso.- Érica no te rebajes, no necesito su limosna.
-Ja, yo no hago las cosas gratis, piénsa, Érica hará todo por tí y tú, por el hijo lleva ¿Qué mejor?

-Tan callada que vienes. -Le dijo Horacio cuando ella se bajó de la motocicleta.
-Venía pensando solamente. -Le contestó esquiva.
-¿En qué? -Preguntó.
-Quiero saber en donde mierda te metes el rifle. -Sonrió sarcástica.
-Qué amable. -La miró enojado.
Entraron al café y por supuesto, Horacio ya no llevaba su rifle de francotirador.
Amanda se motró un poco molesta por tener que pagar la cuenta, después de todo, su amigo no comía como Top Model precisamente.


Alto!!!!!

Este es uno de los dibujos que me hace mi novio para guiarme ^^ con mi imaginación, bueno espero que les gusten, trataré de acosarlo para que me siga dibujando jojoojojojo *O*, en realidad es un separador de temas de Archivador así que está hermoso.
De izquierda a derecha:
Charlotte, Horacio, Érica (la que esta detrasito), Amanda e Ignacio (está informal xD)

jueves, 23 de febrero de 2012

Ladron X Ladron

Capitulo 1
Segmento 3
-¡Hey! -Se le escuchó mientras hacía ruido en las escaleras de emergencia. -No se vale.- Se cortó la transmisión.

   Amanda bajó y corrió hacia su motocicleta azul.
Se subió en ella y apretó el freno a la vez que hacía lo mismo con el acelerador, con su pie en el suelo viró creando una nube de humo, quitó el freno y se dirigió a toda velocidad hacia el lugar de encuentro. A cien kilómetros por hora trató de alcanzar a su amigo que estaba mucho más cerca.
   Sus únicas finas trenzas largas volaban al viento que le silbaba en el oído, su corta melena apenas sí se movían por la velocidad. Eran tan relajante aquel pequeño silencio, solo alguien que se moviese a esa velocidad podía hablarle.
-Que suerte que no pueda matar, solo los ladrones desalmados pueden hacerlo, son capaces de todos. –Pensó.- Horacio es muy buen francotirador…  Aun recuerdo la cara de mi hermano cuando lo vio en mi casa.
   Aquellas imágenes jamás podrían ser borradas de su memoria, en un solo día había conocido a la chica que daría su vida por ella y a un hombre que pagaría su deuda con cualquier servicio requerido. Cuando Amanda apreció por primera vez en el departamento de mala muerte, Horacio se apartó asustado de encima de su novia y enfadado la encaró.
-¿Qué haces aquí?
-Vengo a saldar tu cuenta con mi hermano. –Le apuntó a la cabeza con su revolver semiautomático.- Pero vístete que me pone nerviosa tu erección.
Él se miró pues no se había dado cuenta que se había puesto en pie ni menos que estaba sin ropa.
-¿Quién es ella? –Preguntó la chica con cara de sorpresa mientras se tapaba con la sábana hasta el cuello.
-Soy Amanda, él tiene una deuda con mi familia y debo matarlo.
-¿Qué? –Preguntó casi gritando. Él se sentó mientras se ponía sus jeans.- ¿Qué hiciste ahora?
-Solo fueron unas fotografías, nada más.
-Tú, -la pelirroja se dirigió a la chica.- ¿Quieres decirle algo a este antes de que lo mate?
-No, no lo hagas. Hago lo que sea, no, no lo hagas…  Por favor.
-Érica, no te molestes, ella es una ladrona profesional de esas a la antigua, no me va a disparar y si lo hace es mejor que esté muerto.

jueves, 2 de febrero de 2012

Ladrón X Ladrón

Capítulo 1
Segundo Segmento

    Caminó rápidamente hacia la muchacha pelirroja, su chaqueta larga le ondeaba con cada paso que daba.
–Amanda, necesito que mates a este hombre. –dijo seriamente tirando una fotografía sobre la mesita del living.
-Hola, Ignacio ¿Cómo estás? ¿Bién? ¡Eso es fantástico! -Dijo irónica.- Cuando llegas a una casa debes saludar- abrió una lata de cerveza y tomó un sorbo.- ¿Qué te hizo el pobre para que le desees la muerte?
-Digamos que me estafó, no me pagó lo que debía.
-Soy una ladrona, no una asesina.- Sonrió- ¿Cómo conseguiste la llave de mi casa?
-Ja, soy ladrón de información, lo sé todo y conociéndote... tu llave está debajo del macetero que hay en la entrada, siempre has sido así.- La miró mientras se sentaba.
-yo no tengo los mismos intereses que tú, deberías saberlo.
-Oh, ¿te mencioné que ese hombre tiene una fotografía tuya desnuda en la ducha?
    Ella al escucharlo escupió la cerveza que recién se había llevado a la boca.
-¿Qué? -tosió atragantándose con la misma bebida.
-Veo que no te lo había dicho.- Sonrió por primera vez desde que había llegado.- Como te dije, él tiene esas fotografías, se suponía que me las daría como comisión pero nunca me las entregó y, como soy tan buen hermano, vine rápidamente aquí para defender tu honrra.
    Amanda le miró dudosa.
-Okey, y mi honrra es importante para tí por que... -Se interrumpió para que él pudiese terminar la frase.
-Por que eres i hermana querida.
-Ah... Hasta cuando dijiste que tenía una fotografía mía lo quería matar, pero ahora ya sé que me honrra está en juego -colocó énfasis en su ironía- lo comencé a dudar.
-Entonces, haz lo que quieras.- dijo tratamdo de ocultar su frustración al no poder hacer que ella hiciese lo que quería.
-Sabes que no tienes poder sobre mí, no soy tu subordinada.
-Sí, lo sé. -Dijo apagado y cerró la puerta trás de sí.
    Amanda terminó su cerveza tranquilamente, se colocó su chaqueta de cuero y salió.

-¡Ahora, me están persiguiendo! -Gritó por el auricular.
-Lo que diga, Madame. -Colocó su ojo en la mira del rifle y disparó. Unos mechones de cabello se movieron con la brisa.
    Observó como uno de los guardias cayó herido en la pierna y volvió a disparar al siguiente que estuvo a punto de herr a su protegida con un revolver. Miró a la chica que le hacía señas para avisarle que estaba bién. Ajustó el visor de la escopeta y se fijó en aquellos definidos pechos que se notaban a traves del escote gracias a su polera de cuello cortado que dejaba ver hasta sus hombros de piel clara.
-Listo, ya saqué lo quería,
-Sal de ahí, te estaré esperando en el café de siempre.
-Muy bién, ¿a cuánto estás de aquí?
-A más de cien metros en el edificio más alto.
-Okey, te veo en el café.- Dijo ella mientras corría.
-Amanda, el que llegue primero no paga -dijo entre risas desarmaba el rifle.
-¡Hey! -Se le escuchó mientras hacía ruido en las escaleras de emergencia. -No se vale.- Se cortó la transmision.- Odio a ese marica.- Dijo casi gruñendo.
    Amanda bajó y corrió hacia su motocicleta azul.